Cómo escribir un tutorial DIY (II)

Cómo escribir un tutorial DIY (II)


Sos una persona paciente, por eso perdoname el siguiente deliz. La semana pasada afirmé que en la entrada de hoy iba a profundizar sobre la edición de fotos y contenidos, pero la escritura en tiempo real me llevó por derroteros inciertos... El post quedó demasiado largo. ¿Te asombra? Eso pensaba... Así que, contra mi naturaleza desmesurada, secuencié mi escrito en dos post consecutivos para evitar una lectura forzada. Prometo además, con toda la firmeza de la que soy capaz que el miércoles próximo publico sin excusas las estrategias de edición para contenidos con tres ejemplos diferentes de escritura para un tutorial DIY


Ahora, si me disculpaste y seguís leyendo, te recuerdo que durante los últimos miércoles escribí sin reservas mis reflexiones sobre el proceso de creación de un tutorial DIY. Ya sabrás, desde la primera entrega, que en mi propósito de analizar el paso a paso de una labor manual no hay secretos ni recetas, simplemente conclusiones personales obtenidas de la experiencia. Mis artículos anteriores expresan en palabras la síntesis tanto de "hacer" como de "leer" todo tipo de textos técnicos. Para quienes disfrutamos de aprender, un tutorial es un regalo. Sea cual sea su forma. Sea quien sea su autor. Y a pesar de que afirmo la sentencia anterior con total honestidad, es probable que después de leer el post anterior hayas sentido el aguijón de la culpa. Incluso, es probable que hayas experimentado cierta frustración que no termina de manifestarse. Te hablo de ese desaliento que te sugiere abandonar el blog y de ese sabor amargo que te produce observar desde el llano un umbral lejano y alto, mientras pensás que esos tutoriales DIY que enamoran al lector solo son posibles para profesionales. Personas que viven de la escritura en una plataforma virtual, se llaman a sí mismos blogueros y se dedican full time a esta actividad. Maravillosa y demandante tarea de "bloguear" por la cual reciben una remuneración en efectivo -o en especies- que significa un porcentaje de sus ingresos o de sus placeres privados. Este pensamiento suele estar acompañado de la inevitable comparación de tus ingentes esfuerzos por lograr una foto decente de un proceso que significó una inversión de tu tiempo y dinero que no siempre sale bien o te deja totalmente conforme. Sin contar con el hecho de que después de hacer tu DIY apenas tenés energía para fotografiarlo. O te da pereza. Me confieso culpable: la pereza me persigue y en ocasiones me dejo alcanzar, por pereza simplemente. Y ciertamente, estás convencida de que tu rutina cotidiana no está ni cerca de la voluntad militante que se necesita para editar imágenes y textos de forma tan rigurosa... 


A tu manera.



No voy a ser yo quien te mienta: es probable que los mejores tutoriales DIY que hayas leído -esos que marcás con la estrellita de los favoritos- pertenezcan a profesionales que se toman todas estas molestias. Sin embargo, no es una condición excluyente para obtener un resultado disfrutable para tu comunidad de lectores. Por este motivo, el post de hoy parte de tres certezas:


- Si te divierte crear y compartir, entonces, adelante.

- Nada te impide disfrutar del proceso y aprender sobre la marcha.

- La comunidad de lectores que vas creando en tu blog no necesariamente espera una propuesta profesional. 


Quizás sea esta última formulación, el único "secreto" para llevar tu blog al siguiente nivel de la lectura. Intentá recordar, siempre, que para quien escribe un lifestyle blog o un blog de las tres D, el tan mentado "tráfico" no significa nada. Las páginas vistas significan poco porque lo que necesitás son lectores. 


Permítaseme el despropósito de autoridad intelectual: amiga, no necesitás visitas. Necesitás una comunidad de lectores. Personas que llegan a tu blog y se quedan en él porque los seduce tu propuesta. La tuya, no la de un profesional. Con los otros lectores ni lo intentes, no son tus lectores ideales.


Me parece de rigor aclararlo. Personalmente, sigo blogs de "aficionadas" como yo porque los disfruto y aprendo. No espero perfección. Espero proximidad, identificación. Dicho lo anterior (que ya tendré tiempo de profundizar en las próximas entradas durante febrero y marzo) comparto mi primer intento de infografía. Aunque ya la presenté en Google+, reitero su publicación porque sintetiza el material escrito en el post precedente y es el punto de partida de los siguientes párrafos:


Cómo escribir un tutorial DIY (II)



Herramientas de edición gráfica.


Lo sé. Qué "pastelosa" quedó mi infografía. ¡Hasta me desconozco! Pero surgió naturalmente de esa manera romanticona y no iba a ser yo quien le impidiera ser lo que quería ser por su propia voluntad...Digamos que obviás el detalle a tono con el mes de los enamorados y continuamos. La infografía anterior es una excusa para presentarte dos recursos que pueden ser de gran ayuda a la hora de preparar un tutorial DIY:


1- Piktochart : herramienta online que permite crear infografías en base a una serie de plantillas e íconos ofrecidos gratuitamente. Obviamente, ofrece la posibilidad de una membresía paga que permite el acceso a material profesional. Te cuento que, para los "de a pie", el ofrecimiento gratuito es más que suficiente. Es una plataforma intuitiva y la navegación de la página es muy sencilla. Te aviso: corrés el riesgo de perder tu valioso tiempo experimentado por el solo placer de observar las diferentes variantes. 


2- Web resizer: herramienta online, gratuita, para redimensionar imágenes. Ya insistí sobre la importancia de utilizar imágenes atractivas y dimensionadas en consonancia con la estructura de tu blog. En mi experiencia con La Desmesurada descubrí -de las peores formas posibles: si no, observen las fotos de mi post "Organizar con estantes"- que las imágenes redimensionadas con otros editores perdían nitidez, se oscurecían y, en consecuencia, desmerecían el resultado final. Esta herramienta redimensiona y optimiza. Aunque tiene el inconveniente de aumentar el peso del archivo levemente (lo cual notifica al usuario). 

Si te estás preguntando cuál sería el uso práctico que vos podrías darle a estas herramientas,  te respondo rápidamente:


- En el primer caso, la infografía puede suplir una imagen difícil de tomar o ilustrar un proceso que no es fotografiable en sí mismo o porque no tenés quién te ayude a fotografiarlo. Podés elaborar de forma creativa:

* la lista de materiales de tu DIY, 
* la síntesis del proceso, 
* la descripción de cada paso, etc. 
* las ventajas y desventajas de determinado material o procedimiento,
* los datos de compra, los costos (aunque esta información es "local", para muchos puede ser útil)

Es una imagen que tu lector puede descargar y llevarse como recordatorio del tutorial DIY. Y que te recuerden positivamente nunca es una mala idea si tu propósito es crear una comunidad. 


- El "resizer" es una herramienta para darle coherencia al diseño de tu página generando imágenes de la misma dimensión para cada post. Es un trabajo extra pero el resultado final compensa el esfuerzo: el blog se ve más "prolijo" porque los espacios negativos (los espacios en blanco, sin escritura o imágenes) están justificados y se compensan con los espacios positivos.


Puesta en escena: la foto final.


Por último, quiero compartir un último consejo para la edición fotográfica de tu tutorial DIY. Voy a partir de una desmitificación: si estás pensando que todas las blogueras que admirás -secreta y no tan secretamente- tienen esas hermosas mesas de madera sobre las cuales lucen sus DIY, o que todas sus paredes son increíblemente neutras y parejas...desde ya te digo que estás viviendo una ficción. Fuiste presa de la magia de la edición fotográfica. Es probable que muchas de ellas cuenten con la cocina perfecta para fotografiar una receta deliciosa, un espacio amplio y limpio dedicado específicamente a las manualidades y cámaras profesionales con cientos de lentes intercambiables. Es probable. Pero todas sabemos que la vida real no siempre se parece a Pinterest. O al menos, no todo el tiempo. No todo lo que reluce es oro dicen por allí, por lo tanto, existen dos trucos para crear fondos neutros para tus fotografías:


1- Usar paneles decorativos.


Los que denomino "paneles decorativos" pueden ser superficies improvisadas y móviles de distintos materiales y texturas. Basta con que utilices una tela como fondo para que tengas tu panel improvisado. En los dos últimos tutoriales que realicé para el blog, utilicé como fondo para mi foto final una cortina roller que perdió desdichadamente su lugar de origen. 


Cómo escribir un tutorial DIY (II)

La roller gris que elegí con todo mi neutro amor para la renovación de la cocina en la casa de mis padres, hoy  tiene nuevo uso. La casa fue vendida y desmantelada (este es el momento en el que casi se me pianta un lagrimón... y la razón de una ausencia prolongada en el blog) Como la vida sigue, la cortina sigue con ella, ofreciéndose para ser utilizada en el afán de darle una apariencia prolija al fondo de mis fotos.

Cómo escribir un tutorial DIY (II)


Como base, usé un individual de cocina de lo más pedestre y simplón. Pero si tenés tiempo, paciencia y habilidad, podés construirte plataformas de madera y pintarlas o patinarlas como mejor te parezca, te guste o de la forma que mejor se adapten a la estética de tu blog. Como no son voluminosas (como verás en este artículo, una plancha de 0,50x0,50 cm es suficiente) podés guardarlas detrás de una puerta y usarlas cuando las necesites. Para la base de la foto o para el fondo. Es la escenografía ideal para quienes crean piezas de tamaño "mediano" que pueden desplegarse sin problemas sobre una mesa, junto a una ventana.

2- Usar una caja de luz.


La caja de luz requiere de todo tu amor. Porque primero, necesitás hacerla. Y su manufactura es un tutorial DIY en sí mismo. Ahora, si tenés que fotografiar objetos pequeños sobre un fondo neutro que los destaque (joyería, productos de papel, miniautras) es la mejor opción. Si tenés paciencia, el viernes te explico cómo hacerla.


Es todo por hoy...


A modo de síntesis, este post cierra con los trucos elementales para editar fotográficamente y preparar material gráfico para tus tutoriales DIY. Veremos próximamente cómo realizar el mismo trabajo con los textos para escribir seduciendo a tus lectores. Como apreciarás, yo misma he ido adaptando mi escritura a los requerimientos de mis lectores. Ahora los post son más cortos y presentan mayor cantidad de enlaces: internos y externos. De esta forma, el hipertexto es más dinámico y rescato del olvido post de años anteriores. Como siempre espero tu opinión, porque son tus palabras las que operan cambios, las que marcan rumbo y las que alientan para continuar. Nos encontramos el viernes.