Ranchito de noviembre


Este fin de semana estuvimos en el ranchito.  El color, que fue protagonista en esta entrada, después de la segunda mano de pintura quedó ligeramente diferente. No me encanta, pero tampoco me parece desagradable. Simplemente, no habría sido mi primera opción. A su favor cuenta con el hecho de ser discreto y haberlo logrado con membrana líquida tonalizada, con lo cual mantenemos la casa aislada de humedades indeseadas.


De a poco, el césped comienza a crecer. Curiosamente no siempre crece en los lugares que una desearía y el jardinero que contratamos la semana anterior, decidió que los últimos metros del terreno no valía la pena cortarlos. Ergo, tenemos una jungla tropical cerca de la medianera.  Aunque le da un aspecto agreste que bien podríamos explotar para fomentar el eco-turismo, no era la idea original. Llamamos  al jardinero infiel para preguntarle si lo había atacado un animal exótico que le impidió terminar su trabajo. Resulta que no. No fue víctima de una araña venenosa. Simplemente le dio pereza. Ojalá le hubiera dado pereza ir a cobrar! Prometió volver a terminar lo que comenzó, pero no  sabía  cuándo... Así que nuestra próxima compra es una bordeadora.

mi casa

El interior de la casa aún está en "veremos". Esta semana vamos a elegir qué muebles llevamos, pero el criterio de elección tiende a la funcionalidad y a re-ubicar piezas que ya tenemos. Antes de colocar ninguna pieza de mobiliario, quise eliminar los restos de material que quedaron luego de revocar la fachada. Usé una fórmula natural: vinagre y agua.

Mi casa de Playa Grande en proceso

Quedó mejor... pero todavía persisten restos que no pude eliminar y ya sé por qué. Cuando volví consulté en internet y la receta casera implica calentar (sin que hierva) el vinagre de manzana. De todos modos, sé que luego de la reforma en mi casa de Montevideo usé un producto industrial. Olía pésimo pero era efectivo. En última instancia, tendremos que recurrir a los químicos nauseabundos.

Mi casa de Playa Grande en proceso

Mientras esta madre limpiaba el piso, mis hombres pintaban las puertas con protector de madera. Los dejé solos en todo el proceso. Todo un desafío para mí delegar responsabilidades. Fueron juntos a la ferretería, seleccionaron el producto y el tono sin previa consulta. Eligieron el color "roble" y ellos mismos se ocuparon de usur...digo de pedirle prestadas las herramientas a mi suegra, la abu.

 mi casa, familia

Para tratarse de un intelectual y su hijo de cuatro años, lo hicieron bastante bien. Me parece que tengo que entrenarlos lentamente en el mundo del bricolage y la jardinería. Porque si en un futuro lejano, Camilo no termina de cortar el césped, le corto los suministros. El que no usa la bordeadora, no come. En mi rancho funciona así.