Madre reciente: está permitido mutar.

Mujer que has sido madre recientemente. Que has pasado por horas de parto o por la recuperación -no siempre feliz- de una cesárea, puedes creerme: tienes permitido mutar.
Madre reciente
Y si no te asustó el tono "vendedor de teleshopping" del comienzo, podés seguir leyendo.  Sólo cinco minutos, no te va a llevar más tiempo. Te lo prometo. Hoy quiero reivindicar el derecho de una madre a  hacer lo que se le de la gana por cinco minutos al día. Es absolutamente legal hacer lo que se te antoje por lo menos, durante  cinco minutos. Mirar a tu bebé dormir, sentarte frente a un programa de cocina sin pretender aprender la receta, responder un mail de hace dos meses, deambular entre la gente y cambiarte el jogging por algo que se parezca a un jean y sea cómodo -y te entre, que cuarenta semanas de embarazo no se olvidan en un par de días. O podés no hacer nada. Absolutamente nada. No tiene puniciones, no hay debate parlamentario al respecto y a nadie le preocupa si en esos cinco minutos hacés algo productivo, te das un baño de verdad (es el tiempo que dura la música de un móvil, los jugueteros chinos son personas sabias...o son madres), ojeás una revista vieja sólo por las fotos, te pintás las uñas de rosa furioso o vas al baño tranquila, sin temor de que pase algo irreparable mientras estás dentro. Mis disculpas por la referencia un tanto desagradable, pero cualquier madre sabe que ese momento ya no nos pertenece y a veces pensamos que nunca más vamos a recuperarlo. Un niño de tres años puede tocar la puerta del baño algo así como mil veces, sin cansarse y haciendo caso omiso a todas las advertencias que le hagamos.

Todo lo que se puede hacer en 5 minutos.


Si tenés algunos minutos más para seguir leyendo este post desmesurado y panfletario, te cuento lo que me gusta hacer para tomarme mis cinco minutos:

- Escribir.

- Leer.

- Sacar fotos.

- Mirar fotos.

- Regar las plantas.

- Hacer manualidades (rápidas y fáciles).

- Cambiar algún objeto decorativo de la casa.

- Comer chocolate sin compartir (madre mala, muy mala)

- Depilarme las cejas.

- Ordenar el escritorio y tirar todo lo que está acumulado sin sentido.

- Darle una mirada a los blogs que me gustan.


Son pequeños placeres solitarios. Los míos, los de esos momentos en los cuales no estoy pensando en alguna tarea relacionada con el trabajo, la casa o mi hijo. Porque de eso se trata "cinco minutos para mamá": de tener  tiempo para no perder la singularidad, para enriquecernos con la experiencia de la maternidad sin anular lo que fuimos y queremos seguir siendo. Lleva tiempo y paciencia retomar espacios personales (lo sé, desde el nacimiento de tu hijo la primera persona del plural inicia automáticamente todo diálogo y el cochecito forma parte de tu cuerpo) pero vale la pena. Está permitido reclamar, sin culpa,  la exclusividad de tu tiempo aunque sólo sea por cinco minutos. Está permitido poner el contestador automático si estás enferma y no atender la puerta si no tenés ganas. Está permitido mutar.