Estimulación temprana.

Ahora que Camilo se siente mejor y está tan animado como siempre, pienso retomar el plan de dedicar un tiempo a ciertos juegos que estimulen sus sentidos. Durante el año que pasó me fue difícil dedicarle la cantidad y calidad de tiempo que hubiera deseado, por eso creo que estas vacaciones suponen una buena oportunidad para disfrutar juntos. En primer lugar descubrí que el mejor momento para nosotros es la mañana. Cuando se despierta su atención a lo que lo rodea se potencia: toda palabra o imagen es recibida con una curiosidad infinita. Aprende a una velocidad que creo, no se repite en ningún otro momento de la vida. Leyendo sobre estimulación temprana, lo primero que entendí es que los niños pequeños mantienen alerta todos sus sentidos: miran, tocan, escuchan y prueban. Por ese motivo los juguetes son coloridos, producen sonidos, tienen texturas y, en ocasiones, perfumes frutales. Sin embargo, para estimularlos no son necesarios costosos materiales didácticos. Para desconsuelo de los tíos, que le regalaron a Camilo un juego de encastre de fuertes colores primarios y con un delicioso aroma de frutillas, el niño prefiere una cuchara, tierra y agua. Mucha agua. Por eso decidí prestar más atención a los procesos que a los medios.

Consejos que se repiten en todo texto sobre la estimulación temprana:


• El bebé aprende de su entorno percibiendo el mundo a través de los sentidos: mira, toca, huele, oye y prueba (la boca es el destino final de todo objeto novedoso). Estimularlo no sólo es beneficioso para él sino que es una forma de redescubrir nuestro entorno desde una nueva perspectiva.

• También recibe estímulos de su interacción emocional con otros. Cuando ríe o llora, las reacciones de sus padres refuerzan su seguridad emocional.

• Los ruidos ambientales normales -de la casa, del barrio- presentan la oportunidad de ayudarlo a diferenciar sonidos y los objetos que los producen. No hay que esforzarse intentando mantener un silencio absoluto ni siquiera cuando es recién nacido.

• Hay que hablarles constantemente. No sólo porque crea un vínculo especial sino porque lo prepara para aprender a hablar él mismo.

• Hacerle cosquillas mientras mencionamos qué partes del cuerpo estamos tocando, no sólo les divierte sino que les ayuda a reconocer cada parte de su cuerpo.

• Todo sonido, luz (los ventiladores de techo son fascinantes para los bebés), textura, color, olor y sabor es un descubrimiento y una oportunidad. No me voy a olvidar nunca el gesto de Camilo la primera vez que probó el dulce de leche o cuando descubrió que presionando el interruptor se prendía la luz.

 La actitud de su madre también lo estimula: mimos, besos y palabras cariñosas compartidas entre ambos son tan necesarias como las rutinas de alimentación e higiene. Un comportamiento afectivo consolida su autoestima y lo ayudará más adelante a entender sus emociones y a crear vínculos sólidos.

Estimulación temprana

En fin, trato de recordar cada uno de estos aspectos porque sólo con mirarlo a los ojos mientras investiga un objeto nuevo percibo que aprende a una velocidad vertiginosa. De acuerdo a la edad de Camilo, ahora estamos experiementando con agua, tierra, arena y masas de colores. A veces con lápices y papel. Para la víspera de Reyes, recibió cuatro potecitos de masas con sus respectivos moldes, pero me han dicho que pueden hacerse caseras, así que la próxima vez publico la receta.